¿El mejor fichaje? Un joven valor semidesconocido

3/20/2011

Benjamin Jeannot

En el umbral del descubrimiento, desde el instante en que para los primeros navegantes una nueva tierra fue avistada hasta el momento de poner el pie sobre la costa, desde el instante en que tal sabio pudo convencerse de que acababa de ser testigo de un fenómeno desconocido hasta la fecha, hasta que comienza a valorar el alcance de su observación -abolido todo sentimiento de duración en la embriaguez de la suerte-, un finísimo pincel de fuego desprende o completa de manera única el sentido de la vida.

Cita de "El amor loco", de André Breton, traducido por Juan Malpartida (Alianza)

Hay futbolistas que con una vez que se divisen, ya es suficiente. Te deslumbran de tal manera, te hacen recorrer por dentro del cuerpo un escalofrío tal que, anulan, durante un instante, toda capacidad de racionalización. Esta misma sensación me ocurrió con Benjamin Jeannot, que he reconocer que sólo he visto jugar un partido entero. Es bastante. También me ocurrió con otros, como los casos de Carlos Vela, Arda Turan, David Luiz Marinho, Davide Brivio, Marvin Plattenhardt, Giuliano de Paula, Mario Götze, Nuri Sahin, Juan Mata, Henri Lansbury, Joe Mattock, Nemanja Pejcinovic, Gojko Kacar, Mathieu Saunier o Arnaud Souquet, por citar algunos ejemplos. Precisamente Souquet y Jeannot compartían equipo la ocasión, la única ocasión, que pude verles jugar. Correspondía a un encuentro del Europeo sub17 del año 2009; la selección francesa se enfrentaba a la española comandada por Pablo Sarabia e Íker Muniaín. Empataron a cero.

Y un diminuto delantero captó mi atención. Diminuto (en realidad no tan diminuto; ahora ha pegado un buen estirón) y con poco peso específico en su equipo; lo que en lugar de desanimarle consiguió que luchase con mayor ahínco, lo que a su vez, facilitó que su figura destacara para los que buscan ver más allá de lo obvio. Con su partido, en el que no anotó ni un tanto, en el que apenas tuvo oportunidades de gol, quedó grabado en mi memoria. Diestro de muy buena técnica individual, mostró una potencia digna de consideración, merced a su fortaleza del tren inferior del cuerpo. Arrancaba de forma explosiva, aunque no violenta, más bien yo diría sutil. Parecía deslizarse por el terreno de juego, tenía conatos de elegancia que espero aún conserve. Estilísticamente era un jugador muy agradable de ver jugar, por la armoniosidad de sus movimientos y la coordinación sustentada en sus articulaciones con los músculos. Aunque no destacó sobremanera, ni mucho menos, dejó destellos de su calidad. Recuerdo que se ofrecía a sus compañeros, no de forma descarada, pero sí sutilmente, como todo parecía hacerlo él. Demostró movilidad: caía a bandas, llegaba desde segunda línea, arrastraba a los centrales, lanzaba desmarques de ruptura, bajaba a recibir, etc. Además hizo gala de una velocidad considerable, y especialmente, un muy buen cambio de ritmo. Con el balón entre los pies sabía tocarla: preciso en el golpeo y en el pase, su disparo siempre con intención. Inteligente en los movimientos; otro de los atributos que llamaron mi atención fue la conducción de pelota en contraataque: vertiginosa, directa, vertical. Muy de mi gusto. Por si no bastara: supo hacer uso de su cuerpo para proteger el esférico de espaldas, a la espera de la llegada de compañeros, así como demostró una capacidad de regate y habilidad nada desdeñables. En su día me pareció un tipo muy inteligente y al que se le podía sacar mucho provecho; me dio la impresión que dominaba el abc del fútbol y más concreto de su posición. Como si supiera cuáles son sus limitaciones, lo que se espera de él, lo que puede dar y lo que el equipo requiere de su persona en cada momento. Además, le recuerdo bastante calmado y ayudando en la presión al rival, trabajando en labores defensivas, desfondándose en beneficio del equipo. Resumiendo: Benjamin Jeannot era un futbolista muy pesado y ni mucho menos exento de calidad, generoso, técnico. Quizá, me atrevería a decir por un solo y lejano partido, le faltaba un poco de nivel en todos los aspectos y mejorar en la definición, para poder convertirse en un futbolista superlativo.

Leo (veo) que actualmente está disputando minutos de calidad con su club, el Nancy francés de la Ligue 1, en el intento por mantener la categoría. Sólo deseo que esté mostrando todo el potencial que en su día me pareció observar en él (y para poder mostrarlo es imprescindible tener OPORTUNIDADES y confianza, cosa que muchos técnicos se empeñan en olvidar), que haya mejorado desde entonces y que se convierta en un fantástico futbolista. Yo confío en él, y por tanto también, en mi intuición reveladora; esa que me hace apostar por determinados futbolistas tras tan sólo un gesto, un detalle, un control, un movimiento, una carrera.

Foto: www.fff.fr

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2 Comments:

Blogger Unknown dijo...

eyy hoeman aver si acesss un post sobree algun jugador del europeo sub-17, me gustaria sobre todo uno de samed yesil de alemaniaa, para mi el delantero estrella que lelva buskando alemaniaa.

17:20

 
Blogger Jorge Eduardo Robles dijo...

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